domingo, 7 de septiembre de 2014

RECURRENCIA

Y recurre aquel pensamiento de nuevo, el deseo de apartarlo es absolutamente inútil, pues éste persiste, se niega a desaparecer. Mucho menos ahora, que algunos encuentros lo han alimentado extensivamente. Ni el tiempo del calendario, ni el mío mismo es suficiente distancia, esto no se trata de tiempo, ni de razones. Las lógicas lógicas fracasan para explicar ésta recurrencia. Es una incertidumbre existencial de un grito eterno que surge de las profundidades del alma, para instalarse en la fantasía  del pensamiento y trascender en las acciones.
¿Cómo encaminar este pensamiento hacia el olvido? He buscado insistentemente las formas de conducirlo al recuerdo enmarañado, pero se niega a ser reconocido desde ese lugar. Sabe, exactamente, dónde instalarse para permanecer y sobrevivir. No se deja borrar, es un parásito que carcome los sentidos, que pone la existencia a sus pies. Vana existencia indómita, estás plagada de irreflexiones, eres dominada por lo ilógico. Estás, simplemente, condenada a la pérdida.

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